viernes, 28 de septiembre de 2012

Por un nuevo modelo de estado

El clamor de la sociedad española pidiendo un nuevo proceso constituyente se hace oír en todo el mundo. Las numerosas y multitudinarias manifestaciones que tienen lugar cada poco tiempo en Madrid desde hace ya algún tiempo evidencian que el ciudadano medio está harto de este sistema, y la prensa internacional se hace eco de ellas. El consenso de la transición está roto, hoy día casi nadie está a favor del sistema actual, ni a la izquierda ni a la derecha, ni en Andalucía ni en Madrid ni en Cataluña. Es hora, por tanto, de abrir de manera decidida desde la izquierda el debate sobre qué modelo de estado queremos, sin miedo y sin tabúes.




Hace falta un nuevo modelo de estado que reconozca la realidad multinacional de España. Tenemos la suerte de tener un país culturalmente muy rico, un patrimonio que debemos proteger y potenciar. El Estado federal es aquel que permite aunar unidad y diversidad. Federados han sido y son los estados más ricos y poderosos que hay ahora en el mundo. Desde una postura profundamente internacionalista, no creo en las fronteras políticas, pero se ha de dar autonomía a las diferentes regiones de este país, pues difieren mucho entre sí. Por supuesto autonomía no significa desentenderse de los problemas de los demás o del conjunto, pues el Estado debe garantizar el reparto equitativo de la riqueza y la solidaridad. Se deben definir claramente cuales son las competencias de cada administración, recordando que aunque las competencias estén descentralizadas, se puede mantener una cierta homogeneidad en el conjunto basado en el consenso entre las regiones y no en la imposición del Estado, como ahora. 
¿Cual es el principio más básico de toda democracia? Que un ciudadano es elector y eligible para cualquier cargo de representación ciudadana. Y también la igualdad entre todos los ciudadanos españoles. Creo que una monarquía no respeta dichos principios, y por tanto una monarquía no puede ser una democracia plena. Por muy competente que pudiera ser el Rey, no puedo aceptar que el Jefe de Estado sea "por derecho divino", y se rija por la ascendencia de cada uno. Además, el ser cargo público debe llevar aparejado una moral tanto pública como privada intachable, y considero que no es justo pedir a un ser humano tener una vida expuesta al público durante toda la vida. 


¿Y cuál a de ser la organización política de dicho estado? Yo creo firmemente en la separación de poderes, por tanto abogo por presidentes surgidos directamente de las urnas y el gobierno, nombrado por el presidente de la mayoría parlamentaria. Eso en los Estados Federados, a nivel nacional considero un Jefe de Gobierno surgido directamente de las urnas, que debe nombrar su gobierno surgido de la mayoría en el Congreso, cámara de representación ciudadana. Y el Senado debe ser una verdadera cámara de representación territorial, y como tal, debe nombrar al Jefe de Estado, que debe estar por encima de las luchas partidistas. Un sistema político parlamentario, y no presidencial. Es decir, que el Jefe de Estado tenga pocos poderes en comparación al Jefe de Gobierno.

Los diputados cobran un sueldo base de unos 3100 € al mes, lo que es un poco menos de cinco veces el salario mínimo interprofesional, que es lo recomendado por muchas organizaciones de ética ( que el sueldo máximo sea igual o inferior a cinco veces el mínimo). Sin embargo, de facto un diputado cobra de media más de 6000 €/mes. A mi parecer el sueldo base es aceptable, quizás un poco alto, pero me parece aceptable. No hay que bajarlo, hay que subir el SMI. Pero lo que no me parece aceptable lo que cobran de facto. Son una vergüenza todos los extra que tienen, sobre todos los diputados que no son de Madrid. Sí que se tienen que dar dietas de desplazamiento, pero no como ahora. Es decir, si vives en Madrid nada de nada. Si tienes casa en Madrid pero puedes acreditar que no vives ahí, dietas de desplazamiento. Y si no vives ni tienes casa, creo que sí que se deberían dar dietas, aunque razonables, una ayuda, no otra paga extra por la cara. Para los que viven fuera se debe recontrolar todos lo extra que reciben por un sinfín de motivos, actualizando los presupuestos según los costes actuales del servicio. Por no hablar del absentismo, cosa que me parece una vergüenza nacional, y que hay que penalizar.

A grosso modo se pueden considerar dos tipos de leyes electorales. Una de ellas, por circunscripción, la otra, proporcional. Se pueden considerar contrarias, y cada una tiene sus ventajas y sus desventajas.

Por un lado, está el sistema inglés o francés. El territorio se divide en pequeñas circunscripciones, cada una elige a un representante. Este sistema tiene varios puntos positivos. Para empezar, fomenta la cercanía entre el representante y el representado, porque el electo debe defender su trabajo ante los electores para poder ser reelegido. También este sistema permite la representación de pequeños grupos locales o de independientes en el parlamento, lo que a mi parecer enriquece el debate político. Sin embargo, este sistema elimina la proporcionalidad de la representatividad, pues sólo sale elegido un candidato. Como ejemplo se puede poner, aunque discrepe totalmente con sus ideas, al Frente Nacional de Le Pen en Francia, que con poco menos de 20% de sufragios, obtiene dos diputados de 577. Esto también fomenta el debate nominativo: se elige a personas, no a ideas, lo cual puede alimentar por un lado la demagogia y por otro que se recurra a empresas para sufragar la campaña electoral, lo cual revierte en que los electos acaban defendiendo a esas empresas en vez de a los ciudadanos, como sucede en los USA. Y también perjudica la elección de mujeres, se ve en Francia, donde apenas un quinto de los representantes son de sexo femenino. 


La otra opción es que la representación sea puramente proporcional a los sufragios. Eso favorece la pluralidad política que realmente existe en la sociedad, pero distancia mucho a la Cámara de la ciudadanía, pues mantenerse en el cargo depende directamente del Partido y no de la ciudadanía, de favores y mamoneo en vez del trabajo por la ciudadanía. También favorece la elección de un programa político, se votan ideas y no a personas, y favorece la inclusión de personas muy válidas pero que no saben tener perfil público, por timidez o falta de carisma. 


La ley electoral española parece una mezcla entre estas dos, una mezcla que ha demostrado ser fallida. Las demandas ciudadanas parecen por tanto incompatibles, a la vez cercanía y proporcionalidad. Sin embargo, yo creo que no lo son.

Tenemos dos cámaras legislativas. Lógicamente, se podría hacer una con cada tipo de sufragio, pero esto supone un problema: ¿Cuál es más legítima? Es decir, como la mayoría podría ser diferente, una misma propuesta podría salir "SÍ" en una cámara y "NO" en la otra. ¿Cuál prevalece? Esto puede suponer un bloqueo institucional que debemos evitar.

Yo soy partidario de crear una macrocámara, tipo Assemblée Nationale francesa, con cerca de 500 diputados que integre escaños elegidos por los dos sistemas. Me explico: se pueden crear unas 400 circunscripciones en España, más o menos una por cada 120000 habitantes, lo cual me parece un tamaño adecuado. Por otra parte, adjuntar unos 100 escaños  que corrijan los problemas de representatividad, con miembros elegidos por los partidos. Obviamente la proporcionalidad no puede ser total, pero sí que se corrija en gran medida. Y para evitar los vicios del sistema por circunscripciones, que aumente por una parte la subvención a partidos políticos para que no se vean abocados a recurrir a empresas que les patrocinen, y limitar por ley el gasto máximo de cada candidato en una campaña electoral. Si los partidos no deben nada a los bancos, no tienen por qué hacer leyes a su favor. Y por otra parte, financiarse solo de las cuotas a los militantes es injusto, porque da ventaja a los partidos cuya militancia es mayoritariamente acaudalada, mientras que partidos de militancia obrera, como IU y PSOE no pueden pedir ese esfuerzo a los militantes, eso alejaría a las clases bajas de la política.
¿Qué hacer con el Senado? Que sea una verdadera cámara de representación territorial, y que disponga de competencias. Propongo que cada Estado Federado elija entre 1 y 4 representantes, dependiendo de su población. Algo así como el Bundesrat alemán. Una cámara pequeña y de debate entre las regiones.



Lo que está claro es que hace falta un cambio. Y hace falta ya. Y que sea radical, a no confundir con extremista: radical porque hace falta cambiar las cosas de raíz. Un cambio en el sistema político y un cambio e la política económica.


1 comentario:

  1. el otro día casualmente hablando con uno de los padres de la constitución española,me dijo en un principio la idea era esa, estados federados, pero hubo desacuerdos, por parte P.B. y algunos otros... con lo cual dejaron de hacerse cambios primordiales desde el comienzo... con el engaño además de que la figura del rey era imprescindible para la transición...etc...

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