miércoles, 17 de abril de 2013

Democracia en la universidad.

Bien, voy a retomar el blog por un asunto que ocurrió ayer. Tengo esto muy abandonado a mi pesar, no tengo tiempo o inspiración para dedicarle...

¿Democracia en la universidad? Ayer fueron las elecciones a rector,  con dos candidaturas. Un candidato ha tenido 1615 votos. El otro, 1525. Y ha ganado el segundo.


 

¿Por qué? Pues porque es una democracia ponderada, censitaria, decimonónica. Los alumnos, que somos el 85% de la población, sólo disponemos del 27% de los votos. Mientras que los profesores doctores contratados, siendo el 5 % disponen del 55 % de los votos. Se ve que los alumnos no somos suficientemente maduros, formados o responsables para saber decidir qué es lo que conviene a nuestra Universidad, y tienen que venir los aristócratas (en sentido etimológico) a decidir por nosotros. Una elección de este tipo será legal, pero no es legítima. El rector no tiene legitimidad.

¿Qué es lo primero, lo más básico que hace falta para que una democracia funcione?
Más allá de la vergonzosa ponderación que tienen los votos de cada uno, quiero expresar mi desazón por otro hecho: de un censo de 26335 estudiantes, hemos votado 1831, contando votos no válidos. Y es que para que una democracia funcione, lo más básico es que haya demócratas. La democracia no cae del cielo, hay que construirla. Y votar es básico, pero ni siquiera eso es suficiente, la democracia se construye en el día a día, y nadie parece dispuesto a hacerlo. Muchas reivindicaciones, pero a la hora de participar, apenas se ve un alma. 

Están los que se la suda completamente, pasan de las elecciones, vienen aquí a estudiar y se van. Vergüenza debería darles, mucho se ha luchado por la Democracia para que luego pasen olímpicamente de ella, y sí, luego se quejarán de la subida de tasas, de esto y de lo otro, pero para mi su queja no es legítima, pues no han hecho nada por ayudar, es más, con su inacción ayudan a estos recortes, son aquella "mayoría silenciosa" a la que Rajoy dio las gracias por estarse quietecitos en sus casas. No me vale la excusa de que no participan porque de todas formas no se les tendría en cuenta, pues la gran mayoría ni siquiera conoce cómo funciona la estructura de la universidad y no sabe si se les tiene en cuenta o no. 

También están los que sí que son conscientes de todo esto, pero dan la espalda a cauces democráticos para "autoorganizarse" y en la práctica vivir de espaldas a los demás colectivos e incluso opiniones, y éstos también se quejan después cuando las cosas no van bien. Llegan a extremo de no querer escuchar ni que les escuchen, pero luego decir que el sistema no funciona porque no resuelve sus problemas. Critican con razón que el sistema actual no funciona, pero lo que dicen es que no funciona porque es imposible que un rector se preocupe por nosotros, pero luego pretenden que la universidad sea autogestionada, presupuestos participativos y demás tópicos. Yo creo que no funciona porque a los de arriba no les interesa que funcione y desde abajo, no hay demasiado interés en que funcione. No sé cómo no ven que llaman utopía a algo que es mucho más realista que el mundo de yupi que proponen. Por favor, que si apenas el 7 % de los alumnos se ha molestado en ir a votar, es imposible que se impliquen a diario en la gestión de la universidad, aparte,  veo imposible que un ente tan grande sea gestionado por tantas personas, es decir, veo imposible la coordinación, al final seria todo un caos individualista y esto no funcionaría. Digamos que comparto bastante sus críticas, pero para nada sus propuestas. Eso funciona en pequeños colectivos, y como les funciona a ellos creen que funcionaría para todos y no, no es así. 

En resumen, en la universidad la democracia nos es secuestrada por arriba, pero tampoco hay voluntad democrática por abajo. No creo que sea lo segundo consecuencia de lo primero, pero sí que es un círculo vicioso. Como no nos tienen en cuenta, los pocos que sí querrían participar se desaniman. Y cómo casi nadie vota, pues eso da vía libre a que se perpetúe la aristocracia en la universidad, dónde los ya formados pueden decidir por los que se están formando, porque se supone que van a saber mejor qué les conviene y qué no. Y si ésto ocurre en el templo del conocimiento que debería ser la Universidad, no me extraña la decadencia democrática que se vive en nuestro país y en Europa en general.




3 comentarios:

  1. Como candidato más votado debo decirte que todos conocíamos perfectamente las normas antes de la votación y nos debemos a ellas ya que las ha hecho la propia comunidad universitaria aunque basándonos en las leyes del estado de derecho en que habitamos. Por tanto, he perdido las elecciones. Sin embargo, me alegra saber que aun quedan estudiantes comprometidos con el cambio social y político en España. También es sin duda elitista que sólo podamos presentarnos los pertenecientes al cuerpo de Catedráticos de Universidad.

    Un abrazo, Miguel Paniagua
    ex-candidato a rector UAM
    profesor e investigador UAM

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  2. En primer lugar gracias por responder.
    Mi opinión es que una cosa es conocer y aceptarlas, y otra que nos parezcan injustas y querer cambiarlas. Y también quisiera matizar eso de que todos conocíamos las normas perfectamente, pues desgraciadamente para un alumno no es fácil encontrar ni entender las normas de la universidad, redactadas en el áspero vocabulario de derecho. Lo cual no implica reconocer que el ganador es perfectamente legal, que lo es, pero para mi lo que está en duda es su legitimidad, dado el porcentaje de participación y cómo se ha ponderado el voto.
    Estudiantes y jóvenes comprometidos, haberlos haylos, pero es fácil desmotivarse por todas las trabas que ponen en el camino, tanto en la universidad como fuera de ella.

    Un saludo.

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  3. Tienes tu blog abandonado.
    Una pena, estaba muy bien.
    Yo seguiría con ello.

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