miércoles, 8 de diciembre de 2010

De la educación

Ya se lleva diciendo mucho tiempo, y es que la educación sigue siendo una asignatura pendiente, como tantas otras. El último informe de PISA de nos sitúa por debajo de la media de la OCDE. Ya lo decían los Regeneracionistas, hace un siglo, hay que hacer énfasis en la educación. Y lo primero es lo primero: no se puede hacer nada si a cada gobierno hay una ley educativa distinta. Tampoco si se le dan millones a la Iglesia para que se encargue de la educación de muchos, en detrimento de la educación pública. Y a mi parecer, también nos lastra el sistéma dogmático y falto de razonamiento.

Debido a las discrepancias ideológicas, no se ha logrado un gran pacto por la educación; ni siquiera poniendo a Ángel Gabilondo, que no está afiliado al PSOE, y tiene experiencia de primera mano en esa materia como rectorde la UAM, se ha conseguido aunar criterios entre partidos. Hace falta unificar el sistema educativo, que no pasar las competencias al gobierno central. Un chaval debe poder pasar de una comunidad a otra sin problemas. Y esto, al parecer, está más o menos adquirido, pues el informe no denota grandes diferencias entre comunidades. Hace falta unificar, si, pero no excluir las diferencias entre las comunidades. Nuestro país tiene la suerte de tener varias lenguas, y estas se deben ser impartidas con las mismas horas de estudio que el castellano.

Los colegios públicos carecen de recursos. Sin embargo, la Iglesia recibe del Estado millones para que eduque en los colegios concertados. Resultado: la educación científica no puede ser completa (pues hoy día la ciencia contradice muchos dogmas de la Biblia) y la asignatura de religión es obligatoria. La filosofía también acusa el golpe, pues dudo mucho que la Iglesia enseñe las teorías de los muchos pensadores que no estaban de acuerdo con ellos. Por mucho que le enfade a la cúpula eclesiástica, hay que invertir bien el dinero de la educación.

Por otra parte, a mi parecer se da demasiada importancia a la memoria, elemento que debe ayudar pero no ser la solución. No sirve de nada que unos chavales que van a hacer letras, o economía, se dediquen a memorizar los elementos, cuando se les va a olvidar en seguida, máxime cuando los que se van a dedicar a ciencias van a tener una tabla periódica en todos los laboratorios, y se lo van a aprender a base de usarlo, no de memorizarlo. No creo que sirva de nada obligar a los chavales a pasarse un exámen de matemáticas a hacer cálculos, curvas o cosas así cuando los que lo necesiten profesionalmente no lo van a hacer, tienen calculadoras gráficas. Se deben dedicar a mostrar que han aprendido a razonar con números y letras, que les presentas un problema y sebes resolverlo. Por supuesto que tienen que saber hacerlo, pero una vez se sabe, si se usa no se olvida. No sirve de nada enseñar filosofía diciendo este era tal y pensaba asi. Punto. No, hay que analizar su pensamiento, y que se desarrolle un espíritu crítico en todas las asignaturas.

Por último, me parece que estamos a la cola de europa. El otro día vino un representante del ministero de educación a mi instituto, y habló mucho del plan bolonia y de acercarnos a europa. Pero ante la pregunta de porqué se había hecho una reforma que acentuaba la peculiaridad española en cuanto al acceso a la universiadad en vez de hacer una reforma que hiciese nuestro sistema semejante al de la mayoría de sistemas europeos, no respondió (o sí, pero sin decir nada, como buen político). Ante la pregunta de porque, después de decir varias veces que nuestro instituto es de los mejores de españa y que somos la excelencia, tenemos muchos más problemas que el resto a la hora de acceder a carreras como medicina o muchas ingenierías, volvió a decir muchas cosas sin decir nada. Que sí, que la fase específica iba en la buena dirección, está bien hacer que los alumnos se examinen de materias que tienen más que ver con la carrera elegida, pero en la práctica, unas pruebas que se presentaban como opcionales son obligatorias. Y es ridículo que nuestra prueba de acceso tenga cuatro exámenes de duración limitada, y que el título de bachillerato se dé antes de la prueba. Que paises como Francia tienen 11 exámenes, en total unas 27 horas de exámen y el título de bachillerato se da después de esas pruebas, repartidas en los dos últimos cursos. Y el sistema de exámenes finales es perjudicial: se debe pasar al sistema de evaluación continua. Así los alumnos, en vez de pasarse la semana antes del exámen estudiando como locos, se ven obligados a estudiar poco a poco, lo que no quiere decir que en un exámen no se puedan preguntar nociones de lecciones anteriores para verificar que no se han olvidado.

Tampoco digo que copiemos el sistema coreano, que me parece una brutalidad que casi elimina la juventud a los estudiantes, pero cosas como que los profesores sean la gente que mejor nota hayan tenido es algo a imitar.

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