"La vraie liberté, c'est de pouvoir toute chose sur soi"
[La verdadera libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo.]Michel Eyquem de Montaigne
Bien, voy a retomar el blog por un asunto que ocurrió ayer. Tengo esto muy abandonado a mi pesar, no tengo tiempo o inspiración para dedicarle...
¿Democracia en la universidad? Ayer fueron las elecciones a rector, con dos candidaturas. Un candidato ha tenido 1615 votos. El otro, 1525. Y ha ganado el segundo.
El clamor de la sociedad española pidiendo un nuevo proceso constituyente se hace oír en todo el mundo. Las numerosas y multitudinarias manifestaciones que tienen lugar cada poco tiempo en Madrid desde hace ya algún tiempo evidencian que el ciudadano medio está harto de este sistema, y la prensa internacional se hace eco de ellas. El consenso de la transición está roto, hoy día casi nadie está a favor del sistema actual, ni a la izquierda ni a la derecha, ni en Andalucía ni en Madrid ni en Cataluña. Es hora, por tanto, de abrir de manera decidida desde la izquierda el debate sobre qué modelo de estado queremos, sin miedo y sin tabúes.
Aidos es una palabra difícil de traducir. Procede del Griego clásico, dónde era de uso común. Significa algo así como la reverencia y la vergüenza que impiden a los hombres cometer malas acciones. Es una de las emociones personificadas en la mitología griega que Homero y Hesíodo consideraban como los sentimientos más nobles, una entidad presente al lado de Zeus. Y como se hecha de menos su presencia en la conciencia de muchos hoy día.
¿Qué es el socialismo? A lo largo de la historia, muchas ideologías han llevado dicha palabra en su denominación, pero han sido radicalmente distintas entre sí. Hoy día, toca tener claro qué entendemos por socialismo.
Hoy es el aniversario de la Constitución. Una Constitución que, a pesar de ser legal y legítima, es muy contestada. La Carta Magna de nuestro país se ha quedado anticuada y pide a gritos una reforma que nunca llega.
Hay muchos aspectos que reformar en la Carta Magna. Uno de ellos es el referente a la Corona. Es necesario reformar ese aspecto, que se puede hacer con varios grados de profundidad. El menor, es simplemente eliminar la prioridad del varón para acceder a la titularidad de la Corona. También se debería eliminar la opacidad que caracteriza a las cuentas reales. El ciudadano debe saber en qué se gasta el dinero su Jefe de Estado. Y al fin, el más atrevido, y necesario a mi parecer, es introducir un artículo que establezca un referéndum obligatorio entre Monarquía o República a la muerte de cada monarca. El pueblo español debe poder votar quién es su Jefe de Estado. Sin embargo, es difícil que se haga pues la idea de la República en este país es monopolio de la izquierda. Me parece vergonzoso que en las manifestaciones prorrepública haya un sinfín de banderas comunistas y de la URSS. Me parece completamente fuera de lugar y seña de ignorancia que se enarbolen imágenes de Stalin en dichas manifestaciones. Con eso lo que se hace es alejar al ciudadano medio de la idea de la República, excluir, cuando la única esperanza de que haya una República en este país pasa por unir, superando las divisiones que causó la II República, incluyendo incluso a sectores de la derecha, pues la República es un sistema de Gobierno perfectamente defendible por la derecha, como se ve en Francia, Alemania o USA.
Otra cuestión de vital importancia es la reforma de la ley electoral y de las cámaras. No se puede mantener la provincia como única circunscripción para todas las elecciones (excepto las Europeas). Pero esto ya lo trataré en un próximo artículo que escribiré en breves, pues es un tema extenso y complejo.
También se debe reformar la Constitución para fijar las competencias de los diferentes niveles administrativos. Creo que se debe fijar qué pueden y qué no las Autonomías, para que aunque tengan la competencia en Sanidad o Educación, por ejemplo, no puedan hacer barbaridades y evitar desigualdades notables entre Comunidades.
Y una noción más que debe plasmar esta Constitución es la neutralidad religiosa. Aún reconociendo que el credo Católico es mayoritario en nuestro país, la Constitución no debe mencionar de manera especial a la Iglesia Católica ( y obviamente creo que se debe eliminar el Concordato).
Por supuesto, considero que la Constitución debe hacer más hincapié en las cuestiones de igualdad. Por ejemplo, explicitar que las diferentes administraciones deben garantizar la existencia de una Educación y una Sanidad públicas y de calidad. Además, se debe añadir en el artículo 27-2 que también son objetivos de la Educación la adquisición de un espíritu crítico y capacidad de análisis y un conocimiento global de lo que nos rodea. Se debe de igual modo reescribir el artículo 32 eliminando aquello de "hombre y mujer" y sustituyéndolo por "cualquier ciudadano". En el artículo 45 se debe añadir "luchando contra cualquier forma de contaminación dentro y fuera de nuestras fronteras en la medida de lo posible, con el objetivo de garantizar el desarrollo de una economía sostenible y que tenga en consideración el Medio Ambiente".
Estas, creo yo, son las principales reformas que necesita la Constitución, y seguro que hay otros detalles que me parecerían necesarios de reformar si los leyese en profundidad y entendiese cuales son sus consecuencias jurídicas. Sin embargo, reconozco que hay ahora mismo asuntos pendientes que tienen prioridad, pero creo necesario que se abra el debate social sobre estos puntos. Espero que este tema sea abordado en especial por el PSOE, que considero es el más legitimado para abordar estos temas, impulsar el debate oportuno en la sociedad y emprender los trámites necesarios para su aprobación.
El 20 de Noviembre, la derecha del Partido Popular consiguió con una mayoría absoluta unas cuotas de poder que rara vez obtiene un partido político en un Estado democrático.
Debería pues felicitar al PP por su victoria, sin embargo, no creeo que su actitud haya sido digna de felicitación. Tras una campaña donde ha rehusado los debates al máximo, las preguntas de los periodistas y los internautas, Mariano Rajoy apenas ha conseguido aumentar el número de votos para su partido. La mayoría absoluta del PP no es pues, mérito suyo. Creo que estas elecciones no suponen una victoria popular, sino una gran derrota del PSOE. El hecho de que el PP tenga una mayoría absoluta tan amplia con menos votos que los que dieron una mayoría relativa del PSOE en las anteriores elecciones del 2008 es una prueba de ello.
Sin embargo, yo sigo creyendo en el Partido en el cual milito. A pesar de la mala coyuntura, he visto esfuerzo diario de mis compañeros por arañar cada voto, con argumentos y ganas. Y he visto el esfuerzo de Alfredo Pérez Rubalcaba ante las tres tareas que tenía por delante. Tres, porque se ha visto obligado a explicar una herencia que sigue sin querer ser oída, nuestro programa, y el programa del PP. Sin embargo me parece rayando lo antidemocrático, en todo caso moralmente reprobable la actitud del PP, al no explicar sus propuestas, pues lo único que he oído de Mariano Rajoy es que quiere "generar confianza" "hacer las cosas bien" y "hacerlas como Dios manda", lo cual es muy concreto y muy revelador de lo que piensa. Lo que dijo Durán i Lleida me parece que también es aplicable al PP: "si digo lo que pienso, pierdo las elecciones" (y aún así las ha ganado, así que que los catalanes disfruten de lo votado y los consiguientes recortes).
Me avergüenza que se alce con el gobierno de España un partido que no ha hecho más que poner trabas al gobierno, torpedeando toda medida que se ha decidido en Europa por sus propios socios. No creo que sea moral la victoria tan absoluta de un partido que, a pesar de la situación, casi no ha sido capaz de ganar votos. No creo que sea moral que gane un partido con un programa tan ambiguo que consta de páginas en las que literalmente no reza una medida. Un partido cuyos militantes ni se atreven a reconocer que son de derechas y se llaman de todo, incluso "socialdemócratas", cosa que, por increíble que parezca, he visto este domingo ("soy socialdemócrata, pero milito en el PP porque soy católico", ha dicho un militante de Nuevas Generaciones del PP de vicálvaro que no vive en Vicálvaro [de hecho, ninguno o casi ninguno vive aquí...]). Esa derecha traumatizada por su carácter bipolar, de la extrema derecha al centro, pasando por el franquismo trasnochado. Nos parece vergonzoso que se niegue a hablar con el partido que más escaños ha conseguido de la sociedad vasca, Amaiur, aunque no comparta ninguno de sus ideales.
No sé cómo dicen que quieren generar confianza si no se sabe lo que van a hacer de verdad. No sé cómo hablan de control del déficit y despilfarro socialista cuando gobiernan Madrid y Valencia, mientras el Gobierno Socialista tiene una deuda pública del 60%, inferior al 80% de Francia o Alemania, y al 120% de Italia, todas ellas en manos de sus socios. Llevamos años de recortes, esto no es un cambio en política económica, lo será sólo si el Partido Socialista Europeo gana en Europa en las próximas elecciones, el PS en Francia y la SPD en Alemania. Aunque bien pensado, quizás sí es un cambio, la gente se ha sumado al cambio, porque en matemáticas la suma engloba a la resta, esa resta que nos espera en gasto social y derechos individuales, como vienen haciendo desde que ganaron en las elecciones autonómicas, e incluso antes.
Felicito a los partidos que sí que han luchado en estas elecciones, consiguiendo un avance significativo, como IU o Equo, considerando de verdad una lástima que no haya conseguido ningún escaño la formación ecologista. No así UPyD, que ocultando sus medidas neoliberales ha conseguido un gran avance en votos bajo una falsa imagen, gracias a la militancia de Rosa Diez en el PSOE, estos es, una imagen de socialdemocracia y de diálogo que no son en realidad. Si tanto odia Rosa Diez a los nacionalistas, le pediría que dejase de cobrar como ex consejera de un gobierno del PNV por parte del PSE-EE. Allá dónde he ido, el representante de UPyD estaba plenamente de acuerdo con el del PP, salvo, claro está, en lo concerniente a la ley electoral. Cosa que también vi este Domingo en el colegio electoral, en el magnetismo que había entre el de NNGG vicálvaro y la apoderada de UPyD, que no se separaban. Entiendo la euforia de los militantes de IU, pero les recuerdo que nadie de izquierdas puede estar satisfecho de unas elecciones donde ha ganado el PP por mayoría absoluta.
Los electores han mandado un claro mensaje al Partido Socialista Obrero Español, un mensaje que entiendo e incluso comparto en gran medida. Es necesaria una renovación del Partido, en clave ideológica y formal. Hace falta volver a redefinir nuestra esencia socialdemócrata, en las vías en las que ya estaba encarrilado nuestro programa electoral en estas elecciones, hacerlo de verdad creíble. El Partido adolece de un aparato que se ha alejado demasiado de los militantes y de la ciudadanía. El PSOE no está muerto. Yo seguiré peleando por lo que creo, ante tantos Gobiernos de derechas que como el del Señor Mas en Cataluña parecen empeñados en quitar derechos y recortar servicios a costa de los ciudadanos.
Ahora abogo por, lo primero, cambiar los métodos de elección del Secretario General. Se acaban de reducir los avales necesarios para presentarse, pero yo creo que no es que se tengan que reducir, sino que tienen que ser puramente testimoniales. Y, ante todo, lo primero que se tiene que hacer es cambiar el procedimiento. No es lógico que se elija ahora al SG. Lo primero que se ha de hacer es renovar las ejecutivas locales, luego las provinciales y regionales, y ya al final la federal. La renovación ha de ir de arriba a abajo, como es democrático. No sé si primarias o congreso, tampoco acabo de conocer en su globalidad los dos procedimientos. Me inclinaría por primarias, es más democrático. Y lo que sí que hay que hacer es abrir un proceso de primarias para la próxima candidatura a la Presidencia del Gobierno por parte del PSOE. Un proceso abierto a todos los ciudadanos, como lo fue el francés. El candidato no ha de ser por fuerza el SG.
Artículo I. Introducción: Evolución del panorama político durante dicho período
Sección 1.01 El sistema político de la Restauración
Tras las sucesivas caídas de los Regímenes de Amadeo de Saboya y de la I República, se reinstauró un sistema Monárquico en la persona de Alfonso de Borbón, hijo de la exiliada Isabel II, que pasó a gobernar bajo el nombre de Alfonso XII. El sistema político se organizó por la Constitución de 1876 en torno a un sistema parlamentario aparentemente democrático, que estaba controlado por dos partidos, uno de corte liberal-conservador y otro liberal-progresista, cuyos jefes de filas eran Cánovas y Sagasta, respectivamente. En realidad, las diferencias eran mínimas, y los partidos se alternaban en el llamado turnismo pacífico, es decir, el Rey decidía convocar elecciones, y gracias a unas elecciones amañadas salía “el otro partido”. La democracia era confiscada al pueblo desde la base por los llamados “caciques” jefes rurales que decidían los resultados electorales del territorio dónde mandaban; sólo existía algo de democracia en las grandes ciudades, dónde el caciquismo no podía extender sus tentáculos. La Constitución establecía:
Art. 18. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey. Art. 19. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados. Art. 20. El Senado se compone:
Primero. De Senadores por derecho propio.
Segundo. De Senadores vitalicios nombrados por la Corona.
Tercero. De Senadores elegidos por las Corporaciones del Estado y mayores contribuyentes en la forma que determine la ley. El número de los Senadores por derecho propio y vitalicios no podrá exceder de 180. Este número será el de los Senadores electivos.
Art. 48. La persona del Rey es sagrada e inviolable. Art. 50. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey, y su autoridad se extiende a todo cuanto conduce a la conservación del orden público en lo interior y a la seguridad del Estado en lo exterior, conforme a la Constitución y a las leyes. Art. 51. El Rey sanciona y promulga las leyes. Art. 52. Tiene el mando supremo del Ejército y Armada, y dispone de las fuerzas de mar y tierra. Art. 74. La justicia se administra en nombre del Rey.
Constitución Española de 1876
Dicha Constitución establece, pues, la confluencia de los tres poderes en el Rey, además de Jefe de los ejércitos, que sin embargo, debe adaptarse a las leyes. El sistema bicameral no servía sino para pagar favores, dado que las dos cámaras tenían iguales funciones y la arbitrariedad de la elección al Senado.
La Constitución de carácter centralista favoreció el surgimiento de nacionalismos en los llamados “estados históricos”, materializados en movimientos culturales cómo la Renaixença en Cataluña o el Rexurdimiento en Galicia; y en partidos políticos como el PNV en Euskadi, la Lliga Regionalista en Cataluña o la Asociación Regionalista Gallega. Esos entes, sin embargo, aunaban las diferentes corrientes nacionalistas, véase provincialismo, regionalismo e independencia; siendo la intermedia la mayoritaria en estos casos.
Sin embargo, no hay ningún Partido Político representante de la I Internacional en España. El movimiento Obrero se organizaba en torno a pequeñas asociaciones de defensa de sus derechos frente al Patrón, sin estar verdaderamente coordinadas entre ellas. Alentados por la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), en 1870 se celebra el Congreso constituyente de la Federación Regional Española de la Internacional. Es el primer intento de creación de una organización que fuese más allá de la defensa de los derechos para apuntar hacia la emancipación colectiva. Sin embargo, por las influencias del Italiano Giuseppe Fanelli, tenía un corte más libartario que marxista, más cercana a las tesis de Bakunin y los llamados Aliancistas. Pero cuando las ideas apolíticas y colectivistas ya habían calado en los sectores de movimiento Obrero español, llega a Madrid el yerno de Marx Paul Lafargue, que atrajo a un núcleo del Movimiento en Madrid hacia el marxismo, organizado en torno a la redacción del periódico La emancipación dirigido por José Mesa. Las pugnas entre los dos sectores acabaron con la expulsión de este núcleo de la Federación y consiguiente la fundación de la llamada Nueva Federación Madrileña, considerada ya la cuna del PSOE.
El nacimiento del PSOE se enmarca pues en un país económicamente atrasado respecto a Europa, y en un régimen político de monarquía Constitucional que sin ser realmente democrático, permitía la organización de la oposición a dicho régimen; con un movimiento obrero incipiente marcado ya por divisiones entre dos corrientes: anarquista y marxista.
Sección 1.02 El sistema de la Dictadura
El 12 de Septiembre de 1923 se subleva contra el Gobierno el entonces Capitán General de Cataluña Miguel Primo de Rivera. La crisis del que arrastra España deja casi sin apoyos al sistema Parlamentario, el Rey apoya el Golpe de Estado, al igual que los Empresarios, el Ejército y la Iglesia, al suponer que un gobierno autoritario sería la solución contra la conflictividad social, el auge nacionalista y la guerra de Marruecos. El movimiento obrero en un principio no apoya ni a los golpistas ni a los partidos del turnismo.
La dictadura se puede dividir en dos fases. La primera establece una dictadura de carácter puramente militar, mientras que en una segunda fase, Miguel Primo de Rivera se rodea de un gobierno civil e intenta constitucionalizar su régimen, envolverlo en una apariencia democrática. Fracasa y dimite; el Rey nombra Gobiernos con poca fuerza y acaba exiliándose después de la victoria Republicana en las grandes ciudades, dónde el caciquismo no llegaba.
En la práctica, la Dictadura supuso la desintegración de los dos grandes partidos dinásticos, y la supervivencia en la clandestinidad de los partidos republicanos y del PSOE, que arraigaron con fuerza en la sociedad.
Sección 1.03 La II República
La II República supuso el primer período verdaderamente Democrático en la Historia de España. Durante la II República, los partidos políticos cobraron mucho protagonismo, al igual que sus líderes. Aquí asistimos a una explosión del número de Partidos con representación en la Cámara, así como a un gran avance del número de militantes de todos ellos. La II República trae una Constitución con un carácter social, y lleva al Gobierno a Partidos y personas de todo signo, desde marxistas hasta monárquicos.
Art.1 España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia.
Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo.
La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones.
La bandera de la República española es roja, amarilla y morada.
Art.2 Todos los españoles son iguales ante la ley. Art.3 El Estado español no tiene religión oficial. Art. 4 El Estado Español, dentro de los límites irreductibles de su territorio actual, estará integrado por Municipios mancomunados en provincias y por las regiones que se constituyan en régimen de autonomía […] Art. 9 Todos los Municipios de la República serán autónomos en las materias de su competencia y elegirán sus Ayuntamientos por sufragio universal, igual, directo y secreto, salvo cuando funcionen en régimen de Concejo abierto. Art. 25 No podrán ser fundamento de privilegios jurídicos la naturaleza, la filiación, el sexo, la clase social, la riqueza, las ideas políticas, las creencias religiosas […] Art. 27 La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en todo el territorio español […] Art. 39 Los Españoles podrán asociarse o sindicarse libremente[…] Art. 52 El Congreso de Los Diputados se compone de los representantes elegidos por sufragio universal, igual, directo y secreto. […]
Esta Constitución establece pues para España una organización propia a un Estado moderno y similar a la que cualquier estado europeo puede tener hoy día. Establece con claridad la soberanía popular, la aconfesionalidad del Estado, e incluso permite Gobiernos Asamblearios en los Ayuntamientos (art. 9), y reconoce la autonomía de las regiones sin llegar a una República Federal.
Sin embargo, en la práctica asistimos a una época de gran crispación política entre las fuerzas de la izquierda, como los sindicatos, y las organizaciones derechistas, que desaparecida la monarquía, se inclinan más por el fascismo. Los asesinatos son comunes, así como la militarización de la militancia de ambos extremos, sobre todo patente en las organizaciones Juveniles. La República no logra asentar una verdadera democracia, convirtiéndose en un caos organizativo más que en un sistema sólido. La derecha buscaba acabar con el marxismo y el anarquismo, y la izquierda estaba profundamente dividida en numerosas tendencias, muchas de las cuales sólo apoyaban la República como un “mal menor” o como un período de transición hacia otro modelo socioeconómico.
Artículo II. Organización interna del PSOE
En 1871 se funda la Asociación General del Arte de Imprimir por varios tipógrafos madrileños. Tres años después, pasa a ser dirigida por Pablo Iglesias, un muchacho de convicciones internacionalistas emigrado de Ferrol a Madrid en condiciones penosas. Los fundadores de esta asociación eran en su mayoría expulsados de la Federación, y constituyeron el núcleo que el día 2 de Mayo de 1879 fundan el PSOE, junto a dos diamantistas, un marmolista y un zapatero, así como 4 médicos y un estudiante (de medicina) fundan en Casa Labra, una fonda del barrio de Tetuán, el Partido Socialista Obrero Español. En total son 25 personas. Casi 10 años después, en el verano de 1888 en Barcelona se reúnen los delegados de 47 sociedades obreras, con representación acreditada de 4 994 trabajadores en un Congreso Nacional Obrero, reunión de la que salieron las personas que unos días después celebrarían el Congreso Constituyente del PSOE. Estaban representadas 20 de las 22 agrupaciones ya existentes. Esos dos Congresos tuvieron como objetivos no solo fundar el PSOE sino también sentar las bases para crear su sindicato hermano, la Unión General de Trabajadores (UGT).
Sección 2.01 Relación PSOE/UGT
Generalmente se acepta que la Nueva Federación fue la cuna del PSOE, al igual que la Asociación General del Arte de imprimir la de UGT. Los sindicatos han sido siempre la base del movimiento obrero, de ahí que una de las primeras acciones del PSOE fuese la creación de la UGT. Los primero estatutos, sin embargo, no hacen hincapié en la orientación marxista del sindicato
Art. 1 La Unión General de Trabajadores de España tiene por objeto:
1. Reunir en su seno a las Sociedades, Federaciones y Uniones de resistencia.
2. Crear nuevas secciones de oficio, o constituirlas en Federaciones Nacionales.
3. Mejorar las condiciones de trabajo.
4. Mantener estrechas relaciones con las organizaciones obreras de los demás países que persigan el mismo fin que esta Unión practicar con ellas, siempre que sea posible, el principio de Solidaridad. Art. 2 La Unión General de Trabajadores se propone realizar su objetivo apelando a la huelga bien organizada y recabando de los Poderes públicos cuantas leyes favorezcan los intereses del trabajo, tales como la jornada legal de ocho horas, fijación del salario mínimo, igualdad de salarios para los obreros de uno y otro sexo… etc.
Vemos pues que en los primeros estatutos no hablaban de encaminarse hacia una sociedad sin clase, ni la emancipación de la clase obrera, ni mucho menos de una Revolución contra el poder político y los patrones.
No sería hasta el XVI congreso de 1918 cuando, después de los acontecimientos de la Semana Trágica, adoptaran esta declaración:
Por tanto, la clase trabajadora protesta contra la usurpación que de sus naturales derechos realiza el capitalismo y afirma su propósito de hacer asequibles, libremente, a la actividad de los obreros organizados y redimidos de todas las fuentes naturales y sociales de producción.
[…]
Siempre que estén dentro de la orientación revolucionaria de la lucha de clases y tiendan a crear las fuerzas de emancipación de la clase obrera
Aquí ya se emplea la retórica tradicional del marxismo.
En vida de Pablo Iglesias, la relación entre las ejecutivas del PSOE y la UGT fue tan fraternal que no sólo obedecía a la actuación de ambas organizaciones la misma estrategia, sino que se celebraban reuniones conjuntas y se emitían comunicados o declaraciones suscritos por las dos entidades. A la muerte de Pablo Iglesias, durante la Dictadura, se dividió un poco la situación, creándose dos corrientes, la política y la sindical, con discrepancias a la hora de decidir qué hacer.
Sección 2.02 Líderes
Pablo Iglesias, "El Abuelo"
Este período conoció varios líderes, el principal fue el fundador del Partido, Pablo Iglesias. Tipógrafo emigrado a Madrid desde Ferrol, Iglesias estuvo a la cabeza desde joven de varias entidades de signo sindical y marxista. Su figura ha sido siempre un referente del movimiento obrero. A mi parecer, la segunda persona más importante de esta época fue el controvertido Largo Caballero. Obrero estuquista, y enérgico sindicalista, logró muchísimos avances en materia social tanto como sindicalista como ministro en la II República. Sin embargo, es duramente criticado por meter a ministros anarquistas durante la guerra, y por su estrategia ante el conflicto, así como por su apoyo a la Dictadura de Primo de Rivera.
Largo Caballero
Julián Besteiro
Indalecio Prieto
Otras grandes figuras del Partido, ya menos sindicales y más intelectuales fueron Julián Besteiro e Indalecio Prieto, el primero siendo un intelectual representante de la moderación dentro del Partido; Prieto siendo el representante de la corriente socialista vasca, muy parlamentarista. Y por último cabe nombrar a Tomás Meabe, fundador de las Juventudes Socialistas.
Artículo III. Influencia del PSOE como Partido en la oposición
Sección 3.01 Aislamiento
La primera etapa del PSOE se caracterizó por un profundo aislamiento de las demás fuerzas tanto obreras como Republicanas. El aislamiento de las fuerzas Republicanas surge a raíz de la consideración socialista de no aliarse con ningún partido “burgués”, considerados embaucadores de los obreros. Así, el objetivo no era sino una especie de paternalismo hacia los obreros, evitándoles las “malas influencias”: según las palabras del propio Iglesias, los unos eran “maestros del engaño”, los otros “dispuestos siempre a dejarse engañar”. “Combatimos a los Republicanos” escribirá en El Socialista en 1905”porque atribuyéndose propósitos que no tienen la mayoría de sus directivos retrasan la acción de los trabajadores como clase en el terreno político”.
La inasistencia en la acción económica del PSOE era el reverso de las formas de lucha obrera que sus adversarios de la Federación Regional ponían tantas veces en práctica, con efectos desastrosos para la propia organización obrera. Iglesias llevó a tal extremo dicha política que en la huelga de 1902, llegó a elogiar la conducta de aquellas agrupaciones que “no siguieron las consignas de solidaridad con los huelguistas”. La agresión hacia los obreros anarquistas llegó a oídos de los medios de la Internacional, que recordó que eran obreros quienes habían sido masacrados por los soldados, y por tanto “un Socialista no necesita nada más para estar de corazón con ellos, contra sus explotadores y contra sus masacradores”. Para el PSOE, la organización de la clase obrera iba siempre antes que la Revolución, y el momento de esta no había llegado, ni llegaría hasta contar con una organización fuerte y poderosa.
Estas políticas causaron que, aún siendo uno de los primeros partidos en fundarse, el PSOE tuviera en 1901 un total de 27 concejales y que no obtuviera un diputado hasta 1910 en la figura de Pablo Iglesias, mientras que sus socios europeos hacía ya tiempo que contaban con un gran grupo parlamentario.
Por ende, concluimos que en esta etapa, por decisión propia, la influencia del PSOE era mínima, dado su voluntad de autoaislamiento. La influencia en la política era poca y en los movimientos de izquierda ínfima.
Sección 3.02 Colaboraciones con los republicanos. Alianza antimaurista
Tras la represión que el gobierno ejerció sobre los movimientos anarquistas obreros por la explosión en la festividad del Corpus en Barcelona en 1896, los socialistas protestaron, diciendo que “el Gobierno había perdido la cabeza” y “llenaba las cárceles de infelices”, exigiendo una investigación de las torturas y tormentos a los que eran sujetos los detenidos. Por primera vez en la historia del Partido, sus máximos dirigentes encabezarán la manifestación junto a dirigentes Republicanos y tomarán la palabra junto a políticos liberales como Moret y Canalejas, así cómo Salmerón, Melquíades Álvarez y Azcárate.
El retorno del conflicto armado en Cuba fue otro motivo que impulsó a los socialistas a salir de su aislamiento. Desde 1895, el PSOE se pronunció nítidamente contra “la sangría” que dicha conflagración producía entre las clases bajas de la población española. Se exigía acabar con lo que calificaron de “farsa patriotera”. Esto no obedecía a un talante anticolonialista ni a simpatías con los insurrectos, sino a la “fraternidad social” que les empujaba a pedir el retorno de los “hijos del pueblo”. La manifiesta incapacidad de poner fin a la guerra por parte de los sucesivos Gobiernos llevó al PSOE a protagonizar una campaña con el lema “o todos o ninguno”, dónde se aprecia claramente que no es anticolonialista sino en contra del poder que los ricos tenían de no ir al servicio en Cuba. Los socialistas reconocen que España no estaba en condiciones de luchar contra la República Norteamericana. Esto acerca a los socialistas a diversos sectores del republicanismo, acercamiento al cual Iglesias no pone pegas. De hecho, esto hace que en las elecciones de 1899 se presenten por primera vez en coalición: la candidatura estaba formada por Iglesias y Vera, Pi y Margall y Salmerón, republicanos federalistas. Sin embargo, en 1902 se vuelve a rechazar toda participación con “los partidos burgueses”.
Cuando en las elecciones de 1905, Iglesias y Largo Caballero junto a García Ormaechea flanqueaban las puertas del Ayuntamiento como Concejales, el PSOE y la UGT se sintieron con fuerzas para convocar por primera vez “un paro general”. Sin embargo, hubo un claro descenso de los militantes de ambas organizaciones, y los socialistas bilbaínos, tanto Federación como Juventudes, secundados por intelectuales como Unamuno, rechazaban la consigna y concurrían a elecciones en coalición con los Republicanos. Voces críticas que también empezaban a oírse en el sector madrileño. Fue la UGT la primera en proponer de manera clara un pacto con los Republicanos.
En un momento en el cual el partido Liberal se sentía disminuido y los republicanos amenazados ambos por el Gobierno de Maura, el partido dinástico intentó renovarse y proponer un “bloque de izquierdas” “contra Maura y su obra”. Este acercamiento volvió a alejar a los socialistas de los Republicanos. Filósofos como Ortega y Gasset criticaron entonces esta “mala inteligencia del socialismo español”. Iglesias exigía de los liberales “pruebas fidedignas de un arrepentimiento sincero” para coaligarse con ellos.
La guerra de Marruecos trajo de nuevo el argumento de “todos o ninguno”, y los socialistas se volvieron a quedar solos en la oposición a la guerra. Los acontecimientos de Barcelona y el fusilamiento de Ferrer i Guardia hacen que por primera vez el PSOE se dirija “a todos los ciudadanos” y no sólo a sus correligionarios. A partir de ese momento, el socialismo será republicano en la práctica política y no sólo en la retórica de un momento lejano a alcanzar. En noviembre de 1909, Iglesias aparece en un mitin junto a los principales líderes republicanos, lo que marcaría una nueva etapa en el socialismo español. Se pone fin a tres décadas de aislamiento.
Sin embargo, tras la caída de Maura, los socialistas vuelven a atacar al Partido Liberal, al que acusan de “coaligarse con elementos reaccionarios”. Acusan a Moret de traicionar su palabra y de aplicar la política conservadora en la cuestión religiosa, militar y obrera. En 1910 Pablo Iglesias encabeza la conjunción republicano-socialista para convertirse, al fin, en el primer diputado socialista. La candidatura formada, entre otros, por Iglesias, Galdós o Esquerdo, aventajaría en más de 10 000 votos a la coalición de los dos partidos monárquicos en Madrid. Eso suponía, según Iglesias que “las grandes poblaciones han expresado al Rey que no quieren a Maura, ni a Canalejas, que son tus hechuras, pero menos te queremos a ti”. Esta apertura a sectores menos obreros atraería al Partido a intelectuales y a empleados, oficinistas y maestros, que se uniría a los pocos que había entonces como el doctor Jaime Vera o Miguel de Unamuno. El ingreso en el Parlamento radicalizaría la oposición a la Monarquía, con declaraciones como “los socialistas no somos, no seremos nunca, nunca, NUNCA monárquicos”.
Sin embargo esta coalición causaba división en el Partido. El sector más sindicalista madrileño, encarnado en Largo, quería verla reducida “a los fines estrictamente inmediatos para la instauración del régimen por ellos defendido”, mientras que el sector más político, esto es, el socialismo bilbaíno de Prieto esto le parecía una “solución hipócrita”. Era la continuación del tradicional debate entre los que querían la organización de la clase obrera como objetivo primordial y casi exclusivo y quienes no veían futuro sin los republicanos. Los debates internos, sucesivos, como el debate entre neutralistas y aliadófilos, causaron división en el partido, que sin embargo no llegó a romper con los republicanos y al final aprueba una postura aliadófila. Hasta 1921, los socialistas reflejan también el caos que reina en la política española, con gobiernos casi semestrales, de concentración, elaborando y deshaciendo pactos con los republicanos y con la CNT (creada en 1910 a partir de las cenizas de la Federación).
En 1923 las candidaturas presentadas por el PSOE (en solitario) encabezadas por Besteiro en Madrid (cinco de los ocho escaños en disputa), Prieto en Bilbao, De los Ríos por Granada consiguió el mayor grupo parlamentario hasta entonces obtenido, lo que les llevó a encabezar la oposición al régimen monárquico.
Dos años antes había tenido lugar en el seno del Partido un gran debate que acabó con la creación de dos nuevos Partidos: el Partido Comunista de España y el Partido Comunista Obrero. En efecto, la creación de la Tercera internacional por parte de Lenin y los Bolcheviques supuso una escisión en varias corrientes internas dentro del Partido: los que se negaban a integrarse en dicha Internacional, los que se integrarían con condiciones y los fanáticos de la Revolución de Octubre, que querían integrarse a toda costa. El ala izquierda del Partido tomó el control de la Ejecutiva, y los sectores más sindicalistas y centristas se atrincheraron en la dirección de la UGT. Pablo Iglesias se vio solo en la ejecutiva, privado de sus defensores y rodeado de los detractores de su política. Las idas y venidas entre las dos Internacionales, y la negativa de los bolcheviques a oír hablar de libertad de acción de las secciones nacionales de la III Internacional y sobre todo la firme permanencia de la UGT en la Unión Sindical Internacional supusieron la reconquista del sector tradicional del socialismo español de la ejecutiva del PSOE, y la consiguiente escisión de los comunistas en los dos sectores mencionados.
El Partido salió pues relativamente debilitado aunque con presencia parlamentaria de este período caótico a nivel internacional y también a nivel nacional, mientras que la UGT seguía su inexorable crecimiento.
Sección 3.03 El PSOE en la dictadura de Primo de Rivera
Miguel Primo de Rivera junto a Alfonso XIII
Este período finalizó con la relativa vuelta a la anterior política de preocuparse más por el crecimiento en afiliados y la no-alianza con los partidos burgueses (los partidos Republicanos estaban extremadamente divididos), fortalecida por el crecimiento de la UGT. Esto explica en parte la reacción del Partido y el Sindicato ante el Golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, que fue de una neutralidad sin fisuras. Se rechazó la invitación del delegado de la CNT “para decirle al Borbón que ni el PSOE ni la UGT ni la CNT iban a permitir que el Gobierno fuese a parar a manos de un dictador”. La Ejecutiva anunció a los obreros la necesidad “de abstenerse de tomar parte en cualquier iniciativa estéril de impacientes de buena fe que pueda acabar con una represión por parte del gobierno” pero instando a los cargos socialistas a no abandonar su puesto ni sus funciones. Desde El Socialista” se negó que se esperase nada de la Dictadura ni que se viera con simpatía. Sin embargo, la Dictadura, a instancias del General Bermúdez de Castro, conocedor de la situación Asturiana, impulsó encuentros de los militares con la UGT y diálogo directo con la ejecutiva sindical. Estas conversaciones se tradujeron de inmediato con la benevolencia del socialismo ante la Dictadura. Primo de Rivera impulsó el mantenimiento de cargos sindicales en puestos municipales y legisló avances sociales y laborales para mantener el beneplácito y la ausencia de conflictividad social. Ante esta situación, los dirigentes de la UGT como Largo vieron la oportunidad de impulsar el avance de la UGT frente a los eternos rivales anarquistas, la CNT, que pasaría a la represión y la clandestinidad. Sin embargo, la sección política del PSOE, al verse “en paro” al estar prohibida la actividad política, se opuso a la dirección por el colaboracionismo con la dictadura. Querían retirar inmediatamente los concejales, la representación obrera en el Consejo de Estado y romper todo vínculo con la dictadura, pero aludiendo a la independencia del sindicato, no se movió ficha por parte de Largo. Sin embargo, la decepción del proyecto constitucional llevó a la UGT y al PSOE a cortar con la dictadura y pasar a la oposición.
El PSOE es, por tanto, la fuerza política que más influye en la dictadura de Primo de Rivera (las demás estaban proscritas) a favor de los derechos de los trabajadores.
Artículo IV. El PSOE en el Poder: la II República
Sección 4.01 Pacto de San Sebastián
Los Socialistas al principio se mostraban reacios al Pacto de San Sebastián, dada la hostilidad acumulada entre las viejas guardias republicanas y socialistas. Por ello, gracias a la mediación de Indalecio Prieto, del socialismo vasco, se establecieron conversaciones entre Besteiro, presidente del Partido (Iglesias ya había fallecido) y nuevos republicanos como Azaña o Niceto Alcalá-Zamora. Al final, los socialistas se adhieren al Pacto de San Sebastián, afirmando que “el socialismo siempre ha sido republicano”. Efectivamente, el socialismo nunca había sido monárquico, pero no siempre se había apoyado a los partidos Republicanos. Largo Caballero, ante la sorpresa general, se mostró partidario del pacto, con sus célebres palabras “creer o no creer”.
Sección 4.02 Gobiernos: Provisional y Bienio progresista
El advenimiento de la República trajo un crecimiento nunca visto tanto en el PSOE como en la UGT, verdadero barómetro para medir el poder socialista, pues muchos cargos públicos militaban en otros partidos socialistas pero también en la UGT. Los socialistas llevaron a las Cortes Constituyentes 113 diputados, lo nunca visto para el socialismo español, a los que se añadirían 10 en la 2ª vuelta. 50 de ellos poseían titulación académica, 26 obreros y el resto eran periodistas y empleados. El PSOE, con 4 224 concejales era la primera fuerza política en la República. Durante el gobierno provisional y el bienio progresista, los socialistas eran la fuerza mayoritaria en el Gobierno. Tuvieron gran influencia en la redacción de la Constitución y fueron la fuerza decisiva en la aprobación del voto femenino a instancias de Clara Campoamor. Se consiguieron grandes avances en materia social; pero la base obrera había puesto una gran esperanza en la República, y el ansia con el que esperaban las Reformas provocó un sentimiento de impaciencia en las clases bajas, lo que se tradujo por un aumento de las revoluciones anarquistas, hasta llegar al suceso de Casas Viejas.
Sección 4.03 La oposición durante el Bienio Negro
Durante el bienio negro los socialistas pasaron a la oposición, y la UGT promovió muchos movimientos huelguistas a raíz de la entrada en el Gobierno de la CEDA. Generalmente no contaron con la ayuda de los anarquistas, lo que condenó al fracaso de la huelga y a la cárcel a los organizadores. Sin embargo, los nacionalistas Catalanes aprovecharon y proclamaron la República Catalana dentro del Estado Federal Español (lo que la Constitución negaba explícitamente). Acabaron todos los dirigentes de izquierda y centro-izquierda en la cárcel, incluidos el Gobierno de la Generalitat al completo e incluso Azaña, que se encontraba en Barcelona. En Asturias, los mineros protagonizan una auténtica revolución, que esta vez sí que tuvo éxito gracias al apoyo de PSOE/UGT, CNT, y los comunistas. Los mineros, armados, toman los cuarteles de la Guardia Civil, y sustituyen los ayuntamientos (muy mayoritariamente de izquierdas) por comités revolucionarios, que empiezan a organizar rápidamente la comarca, asumiendo el abastecimiento de alimentos, agua y electricidad, así como el funcionamiento de los transportes. Los mineros controlaban absolutamente los centros de Gijón y Avilés, y se dirigieron a Oviedo, que sitiaron para defender su revolución y protagonizaron duros enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales. Al mando del general Francisco Franco, los Tercios Irregulares, parte de la experimentada Legión Africana, son enviados a reprimir el levantamiento. Durante diez días se suceden los combates, hasta que le revuelta es finalmente reprimid: más de 1000 mineros muertos, muchos por ejecuciones sumarias por parte de los mandos militares, más de 2000 heridos y más de 5000 detenidos. La CEDA aboga por ejecutar a los cabecillas, pero la gran mayoría de las condenas a muerte una vez se termina la revuelta son conmutadas. Los levantamientos de Asturias son considerados el preludio de la Guerra Civil.
Artículo V. Conclusión
Sección 5.01 Elecciones de 1936
En 1936 ganan de nuevo las coaliciones republicano-socialistas, pero estos rechazan estar en el Gobierno tras los sucesos de Casas Viejas. Los militares dan un Golpe de Estado ante la derrota de las fuerzas conservadoras.
Sección 5.02 Resumen
La influencia del PSOE ha ido en aumento a medida que pasaban los años, siendo ínfima durante su aislamiento voluntario, creciendo poco a poco con los pactos con las fuerzas de izquierda republicanas, aumentando significativamente durante la Dictadura, y llegando a su cúspide con el advenimiento de la II República, donde eran fuerza mayoritaria.
Sección 5.03 Futuro: Guerra, Dictadura, Transición y democracia
En la guerra el PSOE tuvo gran influencia en el bando republicano, siendo muchos jefes de Gobierno y de Estado socialistas. Sin embargo, las divisiones hicieron mella en el PSOE, entre sectores como Largo Caballero, sindicalista que llegó a introducir anarquistas en el Gobierno, sectores que apoyaban al Comunismo y otros sectores más republicanos y moderados. Al perder la Guerra, el PSOE pasó a la clandestinidad, con influencia en la Resistencia interna y en el Gobierno en el exilio, participando en las huelgas de los años 60 y 70, y convirtiéndose en una amenaza para el régimen en los 70 al labrar numerosos apoyos internacionales.
En 1974 se celebra en Francia el XXVI Congreso, donde sale elegida una joven ejecutiva con miembros como Felipe González o Alfonso Guerra, a la vez que se abandonan las tesis marxistas por una orientación socialdemócrata, siguiendo la estela de los partidos socialistas y laboristas de Europa. En 1977 se consolida como primer partido de la oposición al gobierno de la UCD, y en 1982 consigue su primera mayoría absoluta, que mantendría hasta 1996. Posteriormente volvería al Gobierno en 2004, donde sigue en la actualidad (Octubre 2011) con Jose Luis Rodriguez Zapatero.
El PSOE es, por tanto, el Partido que más ha gobernado en la historia de la Democracia Española (democracia real, pues el turnismo no lo era realmente), y el que más avances sociales ha conseguido.
Con Pablo Iglesias
A mí que me den hombres
-los trepadores, ¡fuera!-,
a mí que me den hombres
como Pablo Iglesias.
La verdad por delante.
La retórica, ¡fuera!
A mí que me den hombres
como Pablo Iglesias.
Marxistas hasta el fondo,
y las astucias, ¡fuera!
A mí que me den hombres
como Pablo Iglesias.
Vamos a ser quien somos.
Los cambalache, ¡fuera!
A mí que me den hombres
como Pablo Iglesias.
Gabriel Celaya
Artículo VI. Bibliografía
Pablo Iglesias, 1850-1925 Perfiles de su vida y pensamiento Fundación Pablo Iglesias, Escuela Julián Besteiro, PSOE, UGT
Que es el PSOE PSOE, secretaría de organización
Los socialistas en la política española 1879-1982, Santos Juliá
Constitución Española de 1876
Constitución de 1931
Biografías diversas de Iglesias, Besteiro, Largo Caballero, Prieto.
Libros de Historia de Vicens Vives.
Apuntes de las lecciones de Historia de 1ºS y TºS.
Voi che vivete sicuri
Nelle vostre tiepide case,
Voi che trovate tornando a sera
Il cibo caldo e visi amici:
Considerate se questo è un uomo
Che lavora nel fango
Che non conosce pace
Che lotta per mezzo pane
Che muore per un sì o per un no.
Considerate se questa è una donna,
Senza capelli e senza nome
Senza più forza di ricordare
Vuoti gli occhi e freddo il grembo
Come una rana d'inverno.
Meditate che questo è stato:
Vi comando queste parole.
Scolpitele nel vostro cuore
Stando in casa andando per via,
Coricandovi alzandovi;
Ripetetele ai vostri figli.
O vi si sfaccia la casa,
La malattia vi impedisca,
I vostri nati torcano il viso da voi.
"Vosotros, que vivís seguros,
En vuestros templados hogares
Vosotros que encontráis volviendo a casa
comida caliente y rostros amables:
Piensa si este es un hombre,
que trabaja en el fango,
que no tiene paz,
que brega por un mendrugo,
que muere por un sí o por un no.
Piensa si esta es una mujer,
sin cabellos ni nombre
ya sin fuerzas para recordar
vacíos los ojos y el regazo helado
como una rana de invierno.
Piensa que esto ha sucedido:
Te encomiendo estas palabras.
Grábalas en tu corazón
estando en tu casa, andando por el camino,
al acostarte y al levantarte.
Repítelas a tus hijos.
O desmorónese tu casa,
que la enfermedad te consuma
y tu progenie aparte su cara de ti. "
En memoria de Primo Levi, ante todo un humano que vivió uno de los mayores terrores que haya sufrido la humanidad.
Estos días observo una enrome falta de lógica en las encuestas, y entre lo que oigo y lo que parece que va a ser. Una falta de lógica que no entiendo y que no creo que lleve a nada bueno.
Ayer mismo los llamados indignados volvieron, o volvimos puesto que yo también lo hice, a salir a la calle en una de sus convocatorias más multitudinarias y más globales que hayan sido. El movimiento de contesta al mercado libre y a las grandes entidades financieras, y que pide, entre otras cosas, una democracia más participativa, fue muy secundado por la población madrileña, así cómo en las demás ciudades españolas y de todo el mundo. Gritos contra la presión de los grandes grupos financieros y contra el poder que los mercados tienen sobre los gobiernos llenaron la tarde. Esto se ve secundado en las encuestas, dónde se ve que la población está muy a favor de la dación en pago, de la subida de impuestos a los ricos y a productos como el tabaco o el alcohol, de más control a los mercados, de una persona por cargo, de la creación de una banca pública, así como de medidas tipo el escaño 351, listas desbloqueadas o circunscripción única. Por no hablar de el rechazo que generan en la sociedad todos los recortes como despido de profesores interinos o poner la sanidad bajo gestión privada.
Sin embargo, el Partido que va por delante en las encuestas es lo contrario a eso. Allá donde han ganado en las últimas elecciones, se ve que hacen lo contrario de lo que pide la gente. Despido de profesores en Madrid, Castilla-La Mancha o Galicia, declaraciones anti abortistas, e insultos a aquellos que, simplemente, no piensan como ellos. Además de eso, el PP se presenta como el gran salvador ante la crisis económica. Sin embargo, las recetas que proponen son las que se han llevado a cabo hasta ahora, bajo orden de sus socios, que gobiernan tanto en Bruselas como en Berlín, Londres o París. Las medidas que reclaman de más austeridad, de bajadas de impuestos y de menor legislación en general han demostrado su fracaso. EEUU, o incluso el FMI, dirigido por una antigua ministra de economía partidaria de esa austeridad, alzan la voz, diciendo que la austeridad europea es contraproducente. No pueden venir ahora acusando al PSOE de "manirroto" cuando los ayuntamientos y comunidades con más deuda están gobernados por ellos, como Madrid o Valencia. No sé como pueden decir que quieren crear 3.5 millones de puestos de trabajo (¿Cómo? Si tienen la varita mágica, que la apliquen en sus comunidades...) aquellos que no hacen sino despedir funcionarios. Despidos que, para más inri, niegan. Acusan a Zapatero y al PSOE de no haber sabido ver la crisis, sin embargo, la organización encargada de esa tarea a nivel mundial, el FMI, estaba dirigida por uno de los suyos, Rodrigo Rato.
Me parece una vergüenza la negativa del PP a participar en un debate televisado con el PSOE en la televisión pública, que ha recibido premios internacionales por su calidad informativa e imparcialidad, acusándola de parcial, máxime cuando mientras ellos gobernaban fue condenada por manipulación, y que allá donde gobiernan manipulan la televisión autonómica, véase TeleMadrid o Canal 9. Considero que mina seriamente la calidad democrática. Al igual, me parece un tremendo retroceso negar el debate de propuestas de la manera que lo hace Mariano Rajoy: no se oye ninguna propuesta de su parte, sólo vaguedades del tipo "hay que crear confianza". En eso estamos de acuerdo, pero ¿Cómo se genera esa confianza? Eso es lo que hay que especificar. Sin embargo, sí que se oyen ecos, cómo cuando aseguran que no se van a echar para atrás en sus medidas, que reitero no sabemos, por muchas manifestaciones que haya: es decir que ya saben que van a adoptar medidas que van en detrimento del ciudadano y a favor de los bancos. Me parece una política decimonónica el apoyo que dan a la escuela privada, en perjuicio de la pública, la casi obligatoriedad en la práctica que tiene la materia de religión allá donde gobiernan, la gestión privada de la sanidad pública. No sirve de nada construir hospitales si están vacíos.
Al igual, no creo que deba llegar al poder un partido que comete actos casi delictivos. La difamación que han hecho estos últimos años de los miembros del Gobierno y del PSOE es absoluta y totalmente infame. No hacen más que acusar, pero luego no se atreven a llevarlo al juzgado, porque saben que es mentira. Y las pocas que sí que han llevado, para armar ruido mediático, no han prosperado. Y si sospecharan de que la justicia está manipulada por el PSOE, como han dejado entrever, habrían recurrido a Europa, cosa que no han hecho. Han intentado por activa y por pasiva salpicar al PSOE con la mierda que tienen ellos, tipo Gürtel o la operación campeón. No lo han conseguido a nivel judicial, pero a los ciudadanos, muy probablemente algo sí que les ha quedado. El PP representa la derecha más rancia que hay en Europa, o casi. Mientras sus socios empiezan a ver sus errores, y quieren poner un impuesto a los ricos, en el PP se niegan, como el Tea Party. Mientras sus socios europeos, como los franceses, no cuestionan la separación entre Iglesia y Estado, el PP pretende que ha de ser la Iglesia quien dicte la moral y que puedan decidir si una ley puede o no ser aprobada en el Parlamento. Mientras empiezan las guerras del agua, el PP quiere privatizar empresas como el canal de Isabel II. Todos los partidos del mundo se unen en defensa contra el terrorismo; el PP es el único que hace demagogia con ese tema y sigue atribuyendo el 11M a ETA (hasta en los libros de historia franceses aparece como Al Qaeda) y hace todo lo posible por torpedear las acciones del Gobierno contra ETA, acciones que han llevado a la banda a su momento más débil de la historia. Pretenden que el Gobierno viole la separación de poderes e ilegalice a Bildu, a pesar de la sentencia del TC. Se ha de recordar que Rubalcaba dijo que respetaría la sentencia, pero que no era partidario de la legalización.
Enfrente, tenemos al PSOE. Desgastado por haber aplicado las políticas que le mandan desde Europa los dirigentes del PPE, el PSOE presenta a un candidato que busca recuperar la izquierda. Los Partidos Socialistas europeos buscan en su conjunto reconstruir su discurso, abandonando la fatídica tercera vía, democratizándose. España no es una excepción. Pero lo ha conseguido. El PSOE ha recuperado en gran parte su esencia socialdemócrata, por mucho que le pese a aquellos que querían que continuase el camino hacia la derecha para aprovecharse electoralmente. Siendo realistas, el PSOE es el único partido de izquierdas que puede alcanzar la presidencia del Gobierno. El PSOE, por mucho que griten algunos en las manifestaciones, no es lo mismo que el PP. No decimos que los derechos sociales dependen de lo que opine la mayoría, no recortamos en Educación o Sanidad, no mentimos en la cara de los ciudadanos como hacen desde el ejecutivo madrileño al decir que no hay recortes, como hace la ex primera dama al decir que el aire de Madrid es limpio, desde el ejecutivo valenciano al decir que Camps y Fabra (el de Castellón) están limpios. El PSOE no ha tenido oportunidad de aplicar la política económica que cree la mejor desde que estalló la crisis las únicas políticas que llevan claramente el sello socialista son las sociales, y ahí sí que se ha hecho un muy buen trabajo.
No digo que el PSOE sea perfecto, no lo es. Sin embargo, las propuestas del PP, las pocas que hay, ya se ha demostrado que no valen para solucionar la crisis. Hay que invertir, en empleo, en Educación, en Sanidad. De otra manera no se va a salir. Hay que recuperar las políticas keynesianas. El PSOE no tuvo el valor de pinchar la burbuja inmobiliaria que nos ha metido en una crisis tan grave; pero no hay que olvidar que fue el PP quien creó esa burbuja con su ley de suelos. Hemos cometido errores, como quitar el impuesto al patrimonio, pero los corregimos, recuperándolo. El PP no merece llegar a La Moncloa. Y atacando al PSOE como se hace en las manifestaciones, se ayuda a que llegue. Entiendo que no se vote al PSOE, aunque no lo comparta. Pero que se vote. IU, Equo... a mi juicio no son la mejor opción, pero sigue siendo mucho mejor que el PP. Votar en blanco o nulo no es la solución.
¿Quieres participar en política más de una vez cada cuatro años? Afiliate a un Partido. Vota las ejecutivas, derríbalas si no te gusta su labor. No hace falta que se esté 100% de acuerdo con su partido, nadie lo está. Que cualquiera que se considere de izquierdas, que lea el programa del PSOE, y que diga si es lo que dice la calle o no. Que diga si hay algo que no le guste. Si bien es cierto que la política se ha alejado del ciudadano, yo creo que es sobre todo el ciudadano medio quién se ha desentendido de la política, y ahora se queja de las decisiones.
Hay personas y colectivos que tienen la manía de autoerigirse en los únicos que, según ellos, defienden una idea, un planteamiento, que a la vez restringen a la concepción que ellos tienen de ese mismo planteamiento. Pasa con el término "izquierda", que tanto marxistas como anarquistas reservan para sí, excluyendo a los demás de él, ideas que sí que pueden ser de izquierdas, como la socialdemocracia. Está pasando también con el concepto de "democracia". Ahora resulta que en una democracia hay que votarlo absolutamente todo.
Estamos asistiendo a una reforma Constitucional, que algunos sectores quieren que se ratifique por referéndum. Es una idea que puede parecer tentadora, pero que en realidad esconde muchos problemas detrás de ella. Una gran parte no acudiría a votar, lo que restaría credibilidad a este ejercicio "democrático", pues ¿es válido el resultado de un referéndum, una elección que tenga una participación inferior al 50%? Yo lo dudo. No se puede pedir a la población que decida sobre algo que es tan complicado como la financiación de un estado, pues muy poca gente posee los conocimientos necesarios en economía para hacerlo. Tampoco se puede pedir un referéndum sobre nada que afecte a la economía actualmente, porque la presión de los mercados sobre la deuda soberana y la bolsa de Madrid sería tremenda, llegando muy posiblemente a obligar a la UE a poner sobre la mesa un rescate como el de nuestro vecino Portugal, Irlanda, o Grecia, lo que tendría consecuencias desastrosas sobre la vida de los ciudadanos durante muchos años. Y si esto no ocurre antes del referéndum, ocurriría al finalizar la votación y ver un resultado contrario a los mercados, como pasaría en un referéndum sobre esta reforma. La democracia no consiste en que se tenga que votar todo. No estamos en una democracia directa ni en un régimen asambleario, cosa que, por otra parte, sería imposible con el volumen de población actual.
Sin embargo, esto no quita que esta reforma constitucional sea un error. Es un error meter en la Constitución uno de los "mandamientos" de la ideología neoliberal. El déficit es una útil herramienta que tiene el Estado para inyectar dinero a la economía real, al sistema financiero, en época de crisis; es decir, de aplicar políticas Keynesianas, que ya han demostrado en repetidas ocasiones su efectividad. Y poner el la Constitución que se debe priorizar el pago de deuda al pago de sectores como la Sanidad, la Educación, al pago de las pensiones o del subsidio del desempleo es simple y llanamente un error. Nunca hasta ahora había sido la deuda estatal un excesivo problema en una crisis financiera, es más, el Estado generaba deuda al invertir dinero en el sistema financiero, lo que dinamizaba la economía y a medio plazo era la solución de la crisis. Y, no haciendo falta más inversión, el Estado recuperaba lo invertido y pagaba la deuda por los medios normales de financiación del Estado. La deuda pública no ha sido un problema de nuestro Gobierno. Nosotros no teníamos una deuda pública excesivamente grande, nuestro problema es la privada, que no se paga con austeridad en las administraciones. El problema de una deuda pública demasiado grande lo tenían en países como Francia, Alemania, o Italia, dónde sí que poseía un volumen importante. Ahora nos obligan a curarnos de sus males, que nosotros no sufrimos.
Y esta reforma vuelve a mostrar la incapacidad del Gobierno en explicar sus medidas, en explicar, precisamente, que no son suyas, sino que siguen las directrices de la Unión Europea, que ahora mismo está en manos de la derecha. Esta reforma, al igual que otras tantas aparece a la población como decidida en La Moncloa, cuando en realidad lo ha sido en Berlín. Esta reforma adolece de unas formas que ponen en cuestión la calidad democrática, no por la ausencia de referéndum, sino por las prisas y la fecha. El error más grande no es reformar la Constitución sin referéndum, sino el haber tardado 30 años en hacerlo. Se podían haber introducido reformas en la Carta Magna mucho antes, reformas que sí que podían haber sido votadas, reformas que son de sentido común y que no hubiesen supuesto, creo yo, demasiada polémica, como el garantizar la igualdad de sexos en el acceso a la Corona. Es estúpido tener a la Constitución como algo intocable y perfecto. La realidad cambia, y el marco legal debe hacerlo con ella.
Esta reforma limita mucho una de las principales diferencias entre el PP y el PSOE a la hora de hacer frente al problema de el exceso de gastos. Los gobiernos "populares", todos los de derechas, porque CiU también; como se ve en Madrid, Castilla-La Mancha, Valencia o Cataluña priorizan el pago de la deuda en detrimento del pago de farmacias, de la manutención de la educación (con el despido de interinos), de la Sanidad, cosa que se respeta entra las filas socialistas.
Y, ante todo, no se entienden las prisas por hacerlo a tres meses de las elecciones, máxime cuando entrará en vigor dentro de varios años. No se entiende que sea un gobierno socialista quien proponga la medida, no se entiende que se acelere tanto, reduciendo al máximo el necesario debate para cualquier reforma constitucional, lo cual mina la calidad democrática de nuestro país.
Esto dicho, al fin se ha reformado la Constitución. El problema no es que no se vote en referéndum, el problema es que ésta haya sido la primera reforma constitucional. Ahora, y a más tardar, la reforma Constitucional no debe ser seguida de referéndum, sino precedida por él. El referéndum que lleva tanto tiempo pendiente, sobre monarquía o República, y según el resultado, se deberá reformar la Carta Magna, o no. Eso si no hay otra reforma que vaya antes.